Las enfermedades de transmisión sexual, también conocidas como ETS o ITS (infecciones de transmisión sexual), son enfermedades infecciosas que se contagian de persona a persona por medio del contacto íntimo. Las ETS afectan a hombres y mujeres sexualmente activos de todas las edades y procedencias (independientemente de si son ricos o pobres).
Lamentablemente, las ETS se han convertido en una afección común entre los adolescentes. Debido a que los adolescentes corren mayor riesgo de contraer ETS, es importante aprender qué medidas de protección se pueden tomar.
Uno de los motivos de la propagación de las ETS es que las personas piensan que sólo se pueden contagiar si tienen relaciones sexuales. Eso no es cierto. Las personas pueden contraer algunas ETS, como el herpes o las verrugas genitales, a través del contacto de la piel con una zona infectada o con úlceras. Otro mito sobre las ETS es que no se contagian por tener sexo oral o anal.
Eso tampoco es cierto, porque los virus o las bacterias que ocasionan las ETS pueden ingresar al cuerpo a través de pequeños cortes o desgarros en la boca y el ano, así como en los genitales. Las ETS también se contagian con facilidad porque son infecciones que no se notan. De hecho, muchas personas con ETS ni siquiera saben que las tienen. Estas personas corren el riesgo de transmitir la infección a sus parejas sexuales sin darse cuenta.
Actividad sexual a temprana edad. Cuanto más pronto el individuo comience a tener relaciones sexuales, mayor será su probabilidad de contraer una ETS. Multiplicidad de parejas sexuales. Las personas que tienen contacto sexual (no sólo relaciones sexuales, sino cualquier tipo de actividad íntima) con muchas parejas diferentes corren mayor riesgo que aquellas que siempre tienen la misma pareja. Relaciones sexuales sin protección.
Los condones de látex siempre deben utilizarse, ya que son la única forma de anticoncepción que reduce el riesgo de contraer ETS. Los espermicidas, los diafragmas y otros métodos anticonceptivos pueden ayudar a prevenir el embarazo, pero no brindan protección contra las ETS.
A menudo no hay síntomas. Sin embargo, algunos síntomas que pueden indicar una ETS son los siguientes:
• Secreción u olor inusual de la vagina.
• Dolor en el área pelviana (el área entre el ombligo y los genitales).
• Dolor en el área de la ingle (el área que rodea los genitales).
• Ardor o comezón en los genitales.
• Sangrado de la vagina que no corresponde al período menstrual.
• Dolor profundo dentro de la vagina durante las relaciones sexuales.
• Goteo o secreciones uretrales.
• Llagas, bultos o ampollas cerca de los genitales, el recto o la boca.
• Ardor y dolor al orinar o al mover los intestinos.
• Micción frecuente.
Las ETS afectan a los hombres y a las mujeres de cualquier nivel social y económico. Sin embargo, hay investigaciones que sugieren que las ETS pueden tener una mayor incidencia entre adolescentes y adultos jóvenes porque estos grupos tienen una mayor tendencia a tener más de una pareja sexual. Los individuos que usan agujas sucias para inyectarse drogas intravenosas también corren riesgo.
Las ETS afectan a los hombres y a las mujeres de cualquier nivel social y económico. Sin embargo, hay investigaciones que sugieren que las ETS pueden tener una mayor incidencia entre adolescentes y adultos jóvenes porque estos grupos tienen una mayor tendencia a tener más de una pareja sexual. Los individuos que usan agujas sucias para inyectarse drogas intravenosas también corren riesgo.
La mayoría de las ETS pueden diagnosticarse con un examen médico, un cultivo de las secreciones de la vagina o del pene, o con un análisis de sangre.
Clamidia: Ésta es la ETS bacteriana más común con una estimación de ocho millones de casos nuevos cada año, y se transmite por sexo vaginal y anal. A veces no se diagnostica, ya que no produce síntomas visibles.
Si hay síntomas, en los hombres típicamente incluyen dolor al orinar o secreciones del pene. Los síntomas en las mujeres incluyen sangrado entre los períodos menstruales, dolor al orinar, secreciones vaginales o dolores leves en la parte baja del abdomen. Una vez hecho el diagnóstico, la persona puede tratarse con un antibiótico.
Gonorrea: En los Estados Unidos se informan aproximadamente 400.000 casos cada año. Se transmite a través de sexo vaginal, anal u oral. Al igual que la clamidia, esta ETS a menudo no presenta síntomas. Sin embargo, de haber síntomas, lo más probable es que fueran secreciones del pene o la vagina y dolor al orinar. La gonorrea se trata con antibióticos.
Sífilis: Esta es una ETS bacteriana potencialmente letal que normalmente se transmite a través de sexo vaginal, anal u oral. Sin embargo, también puede contagiarse a través de contacto no sexual si las llagas causadas por la sífilis entran en contacto con la piel lastimada de otro individuo no infectado. Normalmente el primer síntoma es una llaga abierta e indolora que aparece cerca del pene o de la vagina, pero también puede aparecer cerca de la boca, el ano o las manos.
Hasta la fecha, el uso de penicilina ha resultado ser el tratamiento más eficaz. Si la sífilis no se trata, puede progresar a etapas más avanzadas y puede resultar en enfermedades clínicas como accidentes cerebrovasculares o meningitis. Herpes genital: Esta ETS es causada por una infección con el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2) y se contagia por contacto directo de piel contra piel con el sitio infectado durante el sexo vaginal, anal u oral.
Hay otra cepa del virus, el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), que normalmente se transmite a través de contacto no sexual y suele causar llagas en los labios pero también puede transmitirse a través del sexo oral. No hay cura conocida para el VHS, pero es posible tratar los síntomas con fármacos antivirales.
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA): El SIDA es el resultado de la infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y es una ETS mortal e incurable. Ataca al sistema inmunológico del organismo y normalmente se transmite a través de sexo vaginal, oral y anal. También puede ser transmitido a través de la sangre al compartir agujas u otros objetos filosos que cortan la piel que estén infectados, o de la madre infectada al bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Al infectarse, algunas personas no experimentan síntomas, mientras que otras tienen síntomas similares a los de una gripe. Estos síntomas normalmente desaparecen después de una a cuatro semanas y el virus puede permanecer inactivo por años. No se conoce ninguna cura, pero es posible utilizar fármacos antivirales para prolongar la vida y la salud de una persona infectada.
Hepatitis B: Esta ETS, también conocida como VHB, es causada por un virus peligroso que ataca el hígado. Puede transmitirse por sexo vaginal, oral o anal. También puede ser transmitida por la sangre si se comparten agujas u otros instrumentos filosos que cortan la piel y que estén contaminados. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) estima que cada año ocurren 120,000 nuevos casos de infecciones por hepatitis B. Alrededor de un tercio de las personas con hepatitis B no tienen síntomas. Sin embargo, cuando hay síntomas, pueden incluir fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares, fatiga, pérdida del apetito, vómitos y diarrea. Como la hepatitis B ataca las células del hígado, puede conducir a cirrosis, cáncer de hígado, insuficiencia hepática y probablemente la muerte.
Los síntomas que indican la presencia de complicaciones hepáticas incluyen orina oscura, dolor abdominal y una tonalidad amarillenta en la piel y el blanco de los ojos. No hay una cura conocida para la hepatitis B, pero existen medicamentos que se pueden usar para tratar la infección crónica en algunos pacientes. Actualmente hay una vacuna disponible y es la mejor protección.
Verrugas genitales: Estas verrugas están ocasionadas por el virus del papiloma humano (VPH) y se transmiten a través de sexo vaginal, anal u oral. Los resultados son verrugas indoloras y carnosas que se asemejan a una coliflor y crecen sobre el pene y alrededor de la entrada de la vagina o del ano.
De acuerdo con el CDC, hay aproximadamente 5,5 millones de nuevos casos por año en los Estados Unidos. No se conoce ninguna cura, pero es posible tratarlas con medicamentos tópicos y a veces es posible quitarlas con procedimientos quirúrgicos menores (por ejemplo, con productos químicos, congelamiento, láser).
Tricomoniasis: Esta ETS bacteriana común, transmitida a través del contacto sexual, afecta principalmente a mujeres jóvenes y sexualmente activas. A veces no hay síntomas asociados con esta ETS. Sin embargo, en las mujeres los síntomas pueden incluir mal aliento, secreciones vaginales amarillas-verdosas y espumosas, comezón o enrojecimiento vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, malestar en la zona baja del abdomen y/o micción frecuente.
En los hombres los síntomas pueden incluir secreciones por el pene, micción frecuente y/o dolor al orinar. La tricomoniasis puede tratarse fácilmente con antibióticos.
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Uno de los motivos de la propagación de las ETS es que las personas piensan que sólo se pueden contagiar si tienen relaciones sexuales. Eso no es cierto. Las personas pueden contraer algunas ETS, como el herpes o las verrugas genitales, a través del contacto de la piel con una zona infectada o con úlceras. Otro mito sobre las ETS es que no se contagian por tener sexo oral o anal.
Eso tampoco es cierto, porque los virus o las bacterias que ocasionan las ETS pueden ingresar al cuerpo a través de pequeños cortes o desgarros en la boca y el ano, así como en los genitales. Las ETS también se contagian con facilidad porque son infecciones que no se notan. De hecho, muchas personas con ETS ni siquiera saben que las tienen. Estas personas corren el riesgo de transmitir la infección a sus parejas sexuales sin darse cuenta.
A menudo no hay síntomas. Sin embargo, algunos síntomas que pueden indicar una ETS son los siguientes:
• Secreción u olor inusual de la vagina.
• Dolor en el área pelviana (el área entre el ombligo y los genitales).
• Dolor en el área de la ingle (el área que rodea los genitales).
• Ardor o comezón en los genitales.
• Sangrado de la vagina que no corresponde al período menstrual.
• Dolor profundo dentro de la vagina durante las relaciones sexuales.
• Goteo o secreciones uretrales.
• Llagas, bultos o ampollas cerca de los genitales, el recto o la boca.
• Ardor y dolor al orinar o al mover los intestinos.
• Micción frecuente.
La mayoría de las ETS pueden diagnosticarse con un examen médico, un cultivo de las secreciones de la vagina o del pene, o con un análisis de sangre.